Cuando sus ojos te pidan a gritos palabras de amor, o cuando un suspiro te recuerde que no hiciste algo bueno hoy. O quizás si, pero no fue suficiente, no fue suficiente la caricia temerosa, un te amo susurrado o un roce con sus manos.
Grita, salta, como las veces pasadas. Abraza, besa, embriaga. Desborda lo que tienes encerrado en el corazón. ¿Para que guardarlo si se siente bien liberarlo? ¿Para que ahogarlo en llanto si jamás muere?
Grita, salta, como las veces pasadas. Abraza, besa, embriaga. Desborda lo que tienes encerrado en el corazón. ¿Para que guardarlo si se siente bien liberarlo? ¿Para que ahogarlo en llanto si jamás muere?
El temor es al pasado, el presente todo ha cambiado.
Cree, siente, escucha, respira su amor. Por sus poros, por sus ojos, por las palmas de sus manos, por su boca deliciosa y su olfato curioso.
Habla. Desenreda la madeja: morado, azul, pasado. Habla, no es pecado. Habla, habla, estás a salvo. Habla. Recupera la cordura, recupera la ilusión. Habla. Es real. Un ágel te ha tocado.
Pero no olvides callar. Regalarle una mirada profunda con miles de sentimientos apasionados. Calla, deja que sus ojos lean los tuyos, que te decifre de pies a cabeza, aunque no tenga la certeza de estar en lo correcto. Calla, cuando el amor te inunda, y es tanto que no sabe como salir y llegar al objetivo.
Cállalo, contrólalo, y luego, cuando el amor esté en calma, hábla. Poco a poco, lentamente. Estaremos bien, pero no olvides hablar... Y callar... Y besar...
0 Rulean el Universo:
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