When my time comes...

¿Te he dicho alguna vez que me gusta cuando llueve? A veces me gusta mirar por la ventana y ver las pequeñas goticas que se quedan suspendidas de cualquier superficie, como aferrándose para prolongar su corta existencia. Algunas se quedan prendadas de las hojas de los árboles, otras de las rejas de las casas que veo o del techo. Hoy por ejemplo, vi una sosteniéndose de un cartel de PARE rojo en la calle; pero como siempre pasa, no resistió por mucho y cayó al piso. Se expandió sobre el asfalto y perdió su linda forma. Creo que ahora solo le resta esperar que salga el sol y la evapore, llevándola nuevamente a dónde todo comenzó...

¿Te he dicho últimamente que tengo miedo? Miedo de tu miedo y miedo de volver a lastimar a alguien más. Lo único bueno de mi miedo es que puedo compartirlo contigo y así el miedo se divide a la mitad y se va haciendo tan pequeño que terminará por desaparecer. ¿Sabes que es lo más extraño? Que cuando estoy contigo me siento tan bien y como en casa, que le gano la batalla al miedo y me siento feliz.

¿Sabes que me preocupa? Tu corazón. No está bien y el mío tampoco. Pero, ¿sabes que voy a hacer? Voy a regalarte un pedacito del mio, para que lo cosas con hilos de colores al hueco que quedó hace poco y que te duele. Sé que no es igual, pero creo que si lo intentamos podría funcionar. Porque vale la pena, no?

¿Podrías algún día perdonarme? Nunca quise lastimarte, pero cuando estés solo acuérdate de las cosas buenas y sigue luchando, porque lo importante es despertarse con ganas de buscar lo que nos hace falta...