A la mitad

Hoy es uno de esos días en que se me da por pensar que no estoy haciendo nada con mi vida, o nada que yo pudiera considerar que es digno de admirar. Confieso que me gusta pensar que pronto todo mejorará; ¿pero exactamente que es lo que tiene que mejorar?. No me explico como hay días en que estoy al tope de la felicidad, y hay días como hoy...

Hoy es uno de esos días en los que quisiera quedarme en la cama y no levantarme, mi motivación de seguir no es mucha, pero es la suficiente para sentir el agua fría sobre mi piel cuando abro la llave para ducharme...

Hoy es uno de esos días en que recuerdo las cosas que he dejado aplazadas por miedo, mi propio miedo, por cobardía o por mi nula convicción. Y es entonces cuando me doy cuenta de que soy capaz de hacerlas, de hacer miles de cosas que no son las que estoy haciendo ahora...

Hoy. Hoy ya es un hoy por la mitad. Y entre frases que se de memoria escritas en un procesador de texto, entre besos encerrados en cajas de metal, entre gotas de lluvia que tienen miedo a suicidarse para volver a su verdadero hogar, me encuentro pensando que todo lo que debo hacer es luchar. ¿Para ti? Si. Quizás Si. ¿Por Mi? Definitivamente. Sí.

Hoy ya es un hoy a la mitad. En esta mitad que se aleja con el baile de los punteros de un reloj, no ha habido besos de verdad, ni miradas de verdad. La única verdad que ha existido en esta mitad es aquella que se queda prendada de mis suspiros, del canto de los pajaritos en mi patio, del sonido de los autos que pasan a toda velocidad, de los ojos consentidos de mi perro que me miran para que lo acaricie...

Hoy es uno de esos días, en los que espero ansiosa la llegada de mi amiga la luna y sus cómplices estrellas y me traigan tu compañía, que me llena de mariposas de colores el cuerpo y que llena de calidez el corazón en dónde estás y del que no quiero que te vayas jamás, aunque se acabe el día. Aunque se acabe un día como hoy...