Hoy me he puesto a pensar en qué tan fácil nos resulta a veces (a unos más que a otros) hacer sentir mal a alguien. Y me he preguntado también si somos la única especie en la tierra que lo hace. No creo tener que buscar la respuesta porque pienso que es bastante obvia, y es entonces cuando lo que realmente me da tristeza es recordar lo mierda que puede ser la raza humana para con sus iguales; porque claro, en la raza humana NO TODOS somos iguales: Están los ricos, los de clase media, los pobres, los de clase media que se creen ricos y los ricos que se creen multimillonarios, los blancos, los negros, los amarillos, los inteligentes, los que no lo son tanto, los heterosexuales, los homosexuales, los cristianos, los musulmanes, los católicos, los protestantes, los que creen en el Monstruo del Spaguetti Volador, los que se burlan de esos últimos; los ñoños, los frikis, los otakus, los geeks, los que no tienen ni idea de la diferencia entre todos los anteriores; los ateos, los que son ateos pero creen, los que creen en el amor, los que no creen ni en su madre. Los que sueñan y los que esperan, los que se divierten destruyendo sueños, los que aman el futbol, los que no y así podría quedarme infinitamente escribiendo esta entrada.
Y también existen los que muy seguramente entran a este espacio a criticar destructivamente o a burlarse. Esos últimos me dan igual. El punto es que hemos nacido con esas barreras y prejuicios, esas diferencias que en vez de enriquecernos como especie, han hecho que las diferencias sean mas marcadas y en muchísimos casos irreconciliables. Y que tristeza. Que tristeza que entre más tiempo pasa, la humanidad se vuelve más intolerante, más bélica, más egoísta y lo que me resulta peor, más indiferente. ¿Sabemos hasta dónde vamos a llegar? ¿Será que de verdad lograremos llegar a algún lado?
Aún me queda un poquito de fe en nosotros, en mi, en ti, en ellos. Muy, muy poquita. Porque a pesar de todas las cosas horribles que veo en televisión, en los periódicos y en internet, y a pesar de que en el día a día me tropiece con gente que desde el fondo de su corazón sólo reparte odio, envidia, amargura y rencor, sé que existe gente ejemplar, gente que lucha, que cree en nobles causas, que enseña, que ama, que ayuda, que construye para bien. Son pocos, lo sé, pocos al igual que mi esperanza, pero ya saben lo que dicen: La esperanza es lo último que se pierde.
Ojalá que en vez de estar haciendo chistes pendejos y fuera de contexto, la gente leyera más sobre las famosas profesías Mayas, o incluso, se detuviera 5 minutos a ver a su alrededor y reflexionar un poquito, a entender que debemos cambiar muchas cosas en este mundo pero que debemos empezar por nosotros mismos, porque si seguimos así, les digo de corazón, que lo mejor que le podría pasar al mundo, es que en serio se acabe. Porque esto es lo que resulta cuando me hacen sentir como mierda cuando empieza el último mes del temido 2012, porque así somos todos de vez en cuando.
Y también existen los que muy seguramente entran a este espacio a criticar destructivamente o a burlarse. Esos últimos me dan igual. El punto es que hemos nacido con esas barreras y prejuicios, esas diferencias que en vez de enriquecernos como especie, han hecho que las diferencias sean mas marcadas y en muchísimos casos irreconciliables. Y que tristeza. Que tristeza que entre más tiempo pasa, la humanidad se vuelve más intolerante, más bélica, más egoísta y lo que me resulta peor, más indiferente. ¿Sabemos hasta dónde vamos a llegar? ¿Será que de verdad lograremos llegar a algún lado?
Aún me queda un poquito de fe en nosotros, en mi, en ti, en ellos. Muy, muy poquita. Porque a pesar de todas las cosas horribles que veo en televisión, en los periódicos y en internet, y a pesar de que en el día a día me tropiece con gente que desde el fondo de su corazón sólo reparte odio, envidia, amargura y rencor, sé que existe gente ejemplar, gente que lucha, que cree en nobles causas, que enseña, que ama, que ayuda, que construye para bien. Son pocos, lo sé, pocos al igual que mi esperanza, pero ya saben lo que dicen: La esperanza es lo último que se pierde.
Ojalá que en vez de estar haciendo chistes pendejos y fuera de contexto, la gente leyera más sobre las famosas profesías Mayas, o incluso, se detuviera 5 minutos a ver a su alrededor y reflexionar un poquito, a entender que debemos cambiar muchas cosas en este mundo pero que debemos empezar por nosotros mismos, porque si seguimos así, les digo de corazón, que lo mejor que le podría pasar al mundo, es que en serio se acabe. Porque esto es lo que resulta cuando me hacen sentir como mierda cuando empieza el último mes del temido 2012, porque así somos todos de vez en cuando.