La verdad es que tengo muchísimas fotos de cuando era pequeñita y regordeta, obviamente están guardadas en esos fotoálbumnes amarillos en los que ya casi el pegante de las hojas se ha secado y las fotos también amarillas se han caido por el paso del tiempo. Hace mucho me dispuse a escanear algunas para tenerlas en el computador y presumir lo linda que era, y hoy volví a buscarlas para escribir este post, que más que nada, fue inspirado por la nostalgia de verme sonriendo y feliz de celebrar mi cumpleaños en esa foto que escogió el Sr. Vargas, y me puse a pensar que definitivamente los mejores recuerdos que tengo y los más escasos son de mi niñez.


Recuerdo los días lluviosos en los cuáles nos bañábamos en el patio de la gran casa de mi abuela, recuerdo la gran alberca que usábamos como piscina, recuerdo las navidades donde mi abuelita hacía la masa para los tamales, recuerdo como mis papás se esforzaban por ocultar nuestros regalos de navidad. Y es aquí donde empiezo a recordar cosas, cosas menos agradables, cosas que oscurecieron mi felicidad, y es aquí donde regreso a mi vida actual y me doy cuenta que a pesar de todo, siempre ha habido momentos buenos y malos, y aunque los malos aumenten con el paso de los años, los buenos y escasos siempre quedarán guardados en la memoria de mi corazón, y nunca se borrarán ni perderán el color, y nunca los dejaré ir porque serán los que comparta con las personas valiosas que estén a mi alrededor.

P.D. Felicitaciones de nuevo primo ^^
P.D.2. Pronto se abrirá la votación para seleccionar el blogger mas huesero que se hará acredor del fémur de oro auspiciado por ALF.
P.D.3. A mis amigos Otakus, les pido que me ayuden con mi cosplay, es la hora y aún no me decido, escucho sugerencias.