Huelga

Me declaro en huelga. No escribo más hasta saber de ti. No escribo más hasta oler a ti. No canto más hasta tenerte abrazado y no dejarte ir.

Me declaro en huelga. No sé nada de tí. No es que me importe demasiado, ni que sin ti no pueda vivir. No es que sin ti no salga mi sol, que no brillen las estrellas o que me muera de amor. No es que sin ti los pájaros no vuelen o el tráfico sea mejor.

Me declaro en huelga: no lloro, no rio, no como, no duermo, no miro, no respiro, no hablo, no fio. Y no es que sin ti el mundo deje de girar, o los planetas se alineen con una estrella fugaz, no es que mi vida contigo sea mejor o que tenga que verte para que lata mi corazón. No es que sin ti no pueda dormir, o que extrañe tu voz como en aquel abril, no es que te necesite para ser feliz, ni que mi vida gira en torno a tí.

Me declaro en huelga. No escribo más, hasta que aparezcas con un excusa en un morral. Con los ojos llenos de paisajes nuevos, con los labios secos por falta de mis besos, con los brazos abiertos para apretarme fuerte, con recuerdos llenos de amor en tu mente.

Me declaro en huelga, no escribo más. Lo admito, aún no regresas y yo quiero gritar. Se me cae a pedazos el mundo cada vez que te vas.

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